lunes, 3 de agosto de 2009

El delito de portar la vida!

En nuestra sociedad machista y capitalista hay un evento en la vida de toda mujer que debería ser recibido y visto con simpatía y alegría; no obstante, en la mayoría de los casos es visto con desprecio y desconsideración: El embarazo.


Muchas de las crisis que viven las parejas amorosas, se deben a eso, cuando el egoísmo y la irresponsabilidad se juntan en el corazón de un hombre.


Para las empresas es una catástrofe, pues a pesar de que el Seguro Social financia la incapacidad por parto, siempre tienen la sensación de que se les aumentan los gastos y temen por los permisos que deben otorgar y por la eficiencia de la trabajadora; habiendo casos en los que se atreven a despedir a la embarazada en clara e impune violación a la legislación vigente.


Dentro de la comunidad en general, la mujer embarazada se vuelve un blanco de críticas: nunca hay una edad adecuada para la maternidad: si se es muy joven: ¡Que tonta! Ya se arruinó la vida, el futuro; si se es mayor: ¡Por andar de ambiciosa, hasta enfermo le puede salir el niño! Se puede observar también, una falta de consideración para las mujeres embarazadas, es más fácil observar que un hombre ceda el asiento a una bella joven que a una mujer embarazada, que lo necesita más.

El estudio se complica totalmente, al punto que las jóvenes embarazadas no son admitidas en ninguna institución de educación media, violándoseles así su derecho a la educación y tratándose el embarazo como si se tratara de algo vergonzoso y delictivo: suelen decir los directivos: ¡Pueden ser un mal ejemplo para las demás jovencitas! Me pregunto: y ¿los padres no pueden ser un mal ejemplo para los jovencitos? ¿Y los otros jovencitos a los 16 años de edad no tendrán su propia conciencia sobre su sexualidad?

En la educación superior las cosas no cambian mucho, pues aunque el embarazo no es motivo de no admisión, no existe ninguna previsión a las situaciones propias del embarazo, el sistema diseñado para personas no embarazadas no tiene ninguna flexibilidad, por este motivo el 90% de las mujeres encintas se retrasan en sus carreras y algunas ya no la retoman.

Traer la vida a este mundo es inherente a ser mujer y no debería supeditarse la naturaleza femenina a las reglas arbitrarias del sistema, es más bien el sistema el que está mal, es más bien el sistema el que debiera cambiar las reglas del juego y el sistema cambiará en la medida en que cambie nuestra propia mentalidad.

Cambiar la forma de ver la maternidad implica saber que si no hubiese existido una mujer dispuesta a pasar por los malestares del embarazo, sumados a la discriminación social, dispuesta a sacrificar algunos de sus sueños (cosa inevitable dada las circunstancias) y aún a poner en riesgo su vida: ninguno de nosotros estaríamos aquí. Yo no hubiera conocido el amor, la alegría, a mis amigos, no podría explorar la hermosa tierra que me vio nacer y no podría escribir este mi blog.

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