Amigas y amigos:
Esta es la noche más feliz de mi vida. Y quiero que sea, también, la noche de la más grande esperanza de El Salvador. Quiero abrir esta noche pidiendo, de forma humilde y emocionada, muchas gracias a todos los que votaron por mí. A todos los que escogieron el camino del cambio y de la esperanza. A todos los que vencieron el miedo y se entregaron con el pecho abierto a la lucha democrática por un nuevo El Salvador.
Quiero que esta noche tenga el mismo sentimiento de esperanza y reconciliación, que el día en que se firmaron los Acuerdos de Paz de nuestro país. Sí, porque, en esta noche también se firma un nuevo tratado de paz. Un tratado de reconciliación del país consigo mismo. De hermanos con hermanos. De hermanas con hermanas. Esta es la gran noche de la nueva familia salvadoreña. Y, para ser parte de esta fiesta, para ser parte de la gran tarea de construcción del futuro, yo invito a todos mis compatriotas, sin distinción de partidos, de género, de raza, credo o clase social quiero ser el líder de la paz, de la unión y del progreso. Quiero ser el líder de la justicia social. Quiero ser el líder de la verdadera reconstrucción del país, que comienza con la reconstrucción de la vida de las personas.
Amigas y amigos, sé que tendremos un largo y trabajoso camino por delante. Pero si el camino fuese fácil nosotros no habríamos sido llamados. Nosotros fuimos llamados porque aquellos que estuvieron todos estos años en el poder ya no tenían más respuestas para nuestros problemas. Su modelo estaba agotado. Esta es la riqueza y la belleza de la democracia: cuando un partido o grupo social se agota en el poder, la sociedad convoca otro para sustituirlo. Para trabajar en favor de los intereses de la mayoría.
Nosotros tenemos que llegar con la humildad de que no somos los mejores del mundo. De que no somos los únicos buenos. De que no somos los dueños de la verdad. De que no somos los salvadores de la patria. Ni que tenemos el monopolio del saber. No podemos caer en el gran error de ARENA, que siempre se cerró a la contribución de otros segmentos sociales. Que siempre se mostró insensible al dolor de los grandes sectores desprotegidos. Y que siempre quiso perpetuarse en el poder como si solamente ellos supiesen o pudiesen gobernar. ¿Cómo, entonces, debemos llegar al poder? Debemos llegar con la más fuerte voluntad, la más intensa energía y el más inquebrantable coraje, que ya existen en esta tierra. Con el mayor sentimiento de amor que ya inundó nuestra patria. Y con el mayor deseo de cambio que ya envolvió nuestros corazones. Amigas y amigos, quiero hacer un gobierno de unión nacional, pero una unión basada en el cambio. Los salvadoreños votamos por el cambio, y el cambio vendrá.
Un cambio seguro, con estabilidad, sin ruptura del sistema económico y jurídico del país. Pero con cambios profundos en el modelo de la gestión pública, de la transparencia, de la participación y de la justicia social. Amigas y amigos, esta es la hora del perdón y de la reconciliación. Perdono a todos los que nos agredieron y calumniaron. Y pido, también, que me perdonen aquellos que en el calor del embate, pudiesen haberse sentido ofendidos por alguna actitud mía.
Esta es la hora de la reconciliación porque solamente con paz y unión podemos vencer, más rápido, los graves problemas que nuestro país enfrenta. Es hora de acción y no de agresiones. Es hora de avanzar hacia el futuro y no de venganzas del pasado. Es hora de disfrutar de un amplio esfuerzo de realizaciones por la patria.
Quiero ofrecer al presidente Saca todo mi apoyo para que él concluya bien los últimos meses de su gobierno. Y tengo la certeza de que él va a facilitar el trabajo de los equipos de transición. Eso será fundamental para que el país no sufra ningún perjuicio, ni se agrave la crisis económica que enfrentamos.
Prometo respetar, hasta el último día, la autoridad de nuestro Presidente y de su equipo de gobierno, pues eso es fundamental para el equilibrio democrático y el buen funcionamiento de las instituciones.
Quiero hacer un llamado especial a los poderes legislativos y judiciales que se integren, de manera soberana e independiente, en este esfuerzo de construcción del futuro de nuestra patria. Tengo la absoluta certeza de que ellos tendrán un papel firme y positivo en este momento especial de nuestras vidas. El día primero de junio, todos los salvadoreños, juntos, vamos a dar vuelta a una página de nuestra historia e inaugurar un nuevo capítulo de esperanza.
Convoco a todos los salvadoreños y salvadoreñas, a que nos unamos para reconstruir nuestro país y hacer de El Salvador, de verdad, un país para todos. Muchas gracias, que Dios nos bendiga y buenas noches.
Esta es la noche más feliz de mi vida. Y quiero que sea, también, la noche de la más grande esperanza de El Salvador. Quiero abrir esta noche pidiendo, de forma humilde y emocionada, muchas gracias a todos los que votaron por mí. A todos los que escogieron el camino del cambio y de la esperanza. A todos los que vencieron el miedo y se entregaron con el pecho abierto a la lucha democrática por un nuevo El Salvador.
Quiero que esta noche tenga el mismo sentimiento de esperanza y reconciliación, que el día en que se firmaron los Acuerdos de Paz de nuestro país. Sí, porque, en esta noche también se firma un nuevo tratado de paz. Un tratado de reconciliación del país consigo mismo. De hermanos con hermanos. De hermanas con hermanas. Esta es la gran noche de la nueva familia salvadoreña. Y, para ser parte de esta fiesta, para ser parte de la gran tarea de construcción del futuro, yo invito a todos mis compatriotas, sin distinción de partidos, de género, de raza, credo o clase social quiero ser el líder de la paz, de la unión y del progreso. Quiero ser el líder de la justicia social. Quiero ser el líder de la verdadera reconstrucción del país, que comienza con la reconstrucción de la vida de las personas.
Amigas y amigos, sé que tendremos un largo y trabajoso camino por delante. Pero si el camino fuese fácil nosotros no habríamos sido llamados. Nosotros fuimos llamados porque aquellos que estuvieron todos estos años en el poder ya no tenían más respuestas para nuestros problemas. Su modelo estaba agotado. Esta es la riqueza y la belleza de la democracia: cuando un partido o grupo social se agota en el poder, la sociedad convoca otro para sustituirlo. Para trabajar en favor de los intereses de la mayoría.
Nosotros tenemos que llegar con la humildad de que no somos los mejores del mundo. De que no somos los únicos buenos. De que no somos los dueños de la verdad. De que no somos los salvadores de la patria. Ni que tenemos el monopolio del saber. No podemos caer en el gran error de ARENA, que siempre se cerró a la contribución de otros segmentos sociales. Que siempre se mostró insensible al dolor de los grandes sectores desprotegidos. Y que siempre quiso perpetuarse en el poder como si solamente ellos supiesen o pudiesen gobernar. ¿Cómo, entonces, debemos llegar al poder? Debemos llegar con la más fuerte voluntad, la más intensa energía y el más inquebrantable coraje, que ya existen en esta tierra. Con el mayor sentimiento de amor que ya inundó nuestra patria. Y con el mayor deseo de cambio que ya envolvió nuestros corazones. Amigas y amigos, quiero hacer un gobierno de unión nacional, pero una unión basada en el cambio. Los salvadoreños votamos por el cambio, y el cambio vendrá.
Un cambio seguro, con estabilidad, sin ruptura del sistema económico y jurídico del país. Pero con cambios profundos en el modelo de la gestión pública, de la transparencia, de la participación y de la justicia social. Amigas y amigos, esta es la hora del perdón y de la reconciliación. Perdono a todos los que nos agredieron y calumniaron. Y pido, también, que me perdonen aquellos que en el calor del embate, pudiesen haberse sentido ofendidos por alguna actitud mía.
Esta es la hora de la reconciliación porque solamente con paz y unión podemos vencer, más rápido, los graves problemas que nuestro país enfrenta. Es hora de acción y no de agresiones. Es hora de avanzar hacia el futuro y no de venganzas del pasado. Es hora de disfrutar de un amplio esfuerzo de realizaciones por la patria.
Quiero ofrecer al presidente Saca todo mi apoyo para que él concluya bien los últimos meses de su gobierno. Y tengo la certeza de que él va a facilitar el trabajo de los equipos de transición. Eso será fundamental para que el país no sufra ningún perjuicio, ni se agrave la crisis económica que enfrentamos.
Prometo respetar, hasta el último día, la autoridad de nuestro Presidente y de su equipo de gobierno, pues eso es fundamental para el equilibrio democrático y el buen funcionamiento de las instituciones.
Quiero hacer un llamado especial a los poderes legislativos y judiciales que se integren, de manera soberana e independiente, en este esfuerzo de construcción del futuro de nuestra patria. Tengo la absoluta certeza de que ellos tendrán un papel firme y positivo en este momento especial de nuestras vidas. El día primero de junio, todos los salvadoreños, juntos, vamos a dar vuelta a una página de nuestra historia e inaugurar un nuevo capítulo de esperanza.
Convoco a todos los salvadoreños y salvadoreñas, a que nos unamos para reconstruir nuestro país y hacer de El Salvador, de verdad, un país para todos. Muchas gracias, que Dios nos bendiga y buenas noches.
Comentario Personal:
Decidí publicar este Discurso histórico pronunciado por Mauricio Funes el 15 de marzo, cuando se proclamara ganador de la contienda electoral, luego del segundo escrutinio dado a conocer por el Tribunal Supremo Electoral.
Este discurso ha sido llamado por algunos analistas políticos como el Discurso de la Conciliación. En lo personal, esto es lo menos que esperaba de Mauricio, un hombre inteligente. Un discurso confrontativo genera una similar reacción en el adversario y si Mauricio pretende la gobernabilidad debe contar con la cooperación de algunos sectores con los que entrar en conflicto sería hacerle un daño al país, que es al fin de cuentas al que se busca rescatar.
Cuando el habla de que no gobernará con una actitud revanchista, eso no quiere decir que no reinvindicará los derechos de los salvadoreños que han sido atropellados por mucho tiempo. Por sus palabras nos damos cuenta que cambio si habrá, las promesas de campaña no se dejan de lado, se marcará un antes y un después a partir del próximo 1° de junio, pero serán cambios hechos de una manera inteligente.
Le deseo una gestión exitosa a nuestro próximo Presidente.
Que tal Angel del Farolito, cómo estas?
ResponderEliminarEspero que bien...
Si, tienes toda la razón, me he apartado un poquito del enriquecimiento de mi blog, y por ende del de mis demás colegas bloggeros como tú... Pues dejame contarte que no ha sido voluntario, sino que pues ya que estoy en último año de la U, se me ha acortado bastante el tiempo para invertirlo un poquito en escribir (lo cual me pone algo triste :(). Por lo demás, en este contexto de elecciones, me siento orgulloso de decir que estuve bastante inmiscuido en el logro del cambio en nuestro país, ya que con varios compañeros de la carrera estuvimos trabajando grandemente con las delegaciones que vinieron del extranjero a presenciar la poca transparencia del proceso electoral en nuestro país. De verdad te digo, fue algo agotador, pero al final fue algo que valio la pena. Estoy de verdad emocionado en cómo estos (los observadores) denunciaron a grandes rasgos, las acciones FRAUDULENTAS que los miembros del partido ARENA quisieron llevar a cabo en las pasadas elecciones del 15...
Prometo delinear y planificar mejor mi horario para poder enriquecer mi blog y pues de verdad me gusta como has ido enriqueciendo el tuyo, de verdad pienso que la labor del bloggero que tenemos una línea de pensamiento bien marcada como nosotros, influyo sobremanera en los resultados de este 15 de Marzo, que llevo a la gente a "perder el miedo" y darle como premio a Mauricio la "presidencia"....
Te deseo lo mejor, y nos estamos escribiendo.
Hola mi amiga!
ResponderEliminarHe hecho un enlace de este post en mi blog, me encantó este discurso de nuestro Presidente y también me gusta mucho tu opinión sobre el mismo. Yo por mi parte digerí de una forma muy similar las palabras de Mauricio, un hombre que básicamente agradeció al pueblo el apoyo recibido e invitó a todos los sectores del país a construir un nuevo país donde todos estamos invitados a colaborar cada quien desde su propia trinchera.
Hey, te hizo falta una foto en este post!
Apertas,
Capitán Can.