miércoles, 25 de marzo de 2009

Las trampas del perdón

El perdón es un sentimiento muy hermoso y necesario que trae paz y felicidad al corazón, y evita que malgastemos energías en guardar rencores a quiénes nos han hecho daño. Puesto que como seres humanos nos equivocamos a cada rato es importante que aprendamos a practicarlo y considerar también que tarde o temprano necesitaremos que nos lo otorguen a nosotros.
Pero, las trampas del perdón son otra cosa. A veces, como sucede en el caso de la traición, el perdón no implica que la relación se vaya a restablecer.


No obstante, hay algunas personas muy ingeniosas, que vienen a veces con deseos de un segundo chance, usando algunas de estas típicas frases: “No seas cruel, no me hagas sufrir”, “algún día vas a entender cómo son las cosas (cuando todo está más que claro)”, “algún día vas a ver que esto le pasa a cualquiera”, “No seas rencoroso (a), ser rencoroso es malo”. Ahí es cuando pienso: este tipo, ¡sí que está cucú del coco! O sea, que esta persona, a la que le valió un cinco tu cariño, al que no le importó si te iba a hacer sufrir con tal de satisfacer sus deseos, que se burló de ti sin ninguna consideración ahora sale con que es la pobre víctima de la historia y vos sos el descorazonado, malvado, rencoroso, odioso, sólo porque no le querés volver a prestar tu corazoncito para sus experimentos de “regeneración”. ¡Habrá que ver si este mundo no está al revés!



Otra técnica de estos fulanillos y fulanillas es tratar de convencerte de que su “error” fue pequeñito, pequeñito, del tamaño de un átomo si es posible, dicen por ejemplo: “fue un error”, “a cualquiera le pasa”, o tal vez como dice la canción: “la vida es así, no la he inventado yo”. Bueno, desde mi perspectiva, de Angeldelfarolito, creo que pronunciar mal una palabra en un discurso es un error, un dedazo al escribir es un error; pero pintarle los cuernos a alguien, NO ES UN ERROR, tomando en cuenta que debe haber primera mirada, segunda mirada, coqueteo, proposición y finalmente acto, pues, eso ya lleva premeditación, alevosía, ventaja, cohecho y patada al pecho, no hay que creerse esos cuentos.


Finalmente, la predicación de un cambio, tal cual promesas electorales, en tu celular, en tu teléfono fijo, en tu hi5, en tu correo, en el msn, recibes cantidad de promesas que buscan convencerte de un cambio: “uno aprende de sus errores”, “todos necesitamos una segunda oportunidad”, “hoy soy una persona diferente”, bla, bla, bla, bla, bla. Y no es que esto sea falso en todos los casos, pero ¿Cómo saberlo? Cuando se pierde la confianza en alguien es muy difícil recuperarla. Las estadísticas nos dicen que el 90% de las personas que han sido infieles reinciden. Además, ¿no podría esta persona estar probando sus límites? Algunas personas inseguras tientan para saber hasta cuanto se les soportará.

Yo, pensando en la sociedad que tenemos y en cambiar lo que no me gusta de ella, les cuento que no me gusta que se pierda el valor de la sinceridad, de la confianza, la dignidad, el respeto, no me gusta ver cómo hay gente q no quiere hacerse responsable de sus actos.

Creo que mientras haya gente que tolere las infidelidades, habrá más infieles atenidos a las 2as, 3as e infinitas oportunidades. La gente debería aprender a tener dignidad, a valorar lo que tiene antes de perderlo y a asumir las consecuencias de sus actos.

Ahora alguien busca que Angeldelfarolito le dé otra oportunidad, pero ésta no le será concedida. Dice que ha cambiado, que aprendió de sus errores; pues, me alegra por él, imagino que cuando vuelva a encontrar a alguien que valga la pena, lo pensará dos veces antes de faltarle a su amor; yo solamente puedo ofrecerle mi amistad, eterna, sincera y sin dobleces, tal como acostumbro brindarla a quienes me conocen.
La libertad supone responsabilidad. Por eso la mayor parte de los
hombres la temen tanto.
George Bernard Shaw

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